La Defensoría del Pueblo emplaza al Estado y población a cumplir sus deberes con la Madre Tierra

El 22 de abril se recuerda el Día Internacional de la Madre Tierra. En este día, invitamos a reflexionar sobre nuestro deber y responsabilidad para con la Madre Tierra y todos los seres vivos que son parte de ella. El país ha liderado el reconocimiento de la Madre Tierra como ser viviente y sujeto de derechos en nuestro ordenamiento jurídico, estableciendo siete de ellos: a la vida; a la diversidad de la vida; al agua; al aire limpio; al equilibrio; a la restauración; y a vivir libre de contaminación. 

A trece años de la promulgación de la Ley de los Derechos de la Madre Tierra no se reportaron mayores avances, debido a la sobreexplotación y destrucción de los ecosistemas, contaminación en el agua, aire, altas tasas de deforestación, pérdida de biodiversidad, el cambio climático, la pandemia, las crisis económicas que añadido, a estos factores, se encuentran los efectos que están poniendo en peligro la vida de nuestra Madre Tierra y por tanto de nosotros los seres humanos como componentes de ella.

En ese sentido, queremos recordar al Estado, en todos sus niveles de gobierno, que una de sus obligaciones es “Desarrollar políticas públicas y acciones sistemáticas de prevención, alerta temprana, protección, precaución, para evitar que las actividades humanas conduzcan a la extinción de poblaciones, de seres vivos, la alteración de los ciclos y procesos que garantizan la vida o la destrucción de sistemas de vida, que incluyen los sistemas culturales que son parte de la Madre Tierra” (Num. 1, Art. 8 Ley 071); por tanto,  es urgente activar los mecanismos de adaptación y resiliencia para proteger a las poblaciones con mayor vulnerabilidad como son nuestros pueblos y naciones indígena originaria campesinas y afroboliviana.

Estas acciones, por ejemplo, deben permitir garantizar el acceso al agua potable a cada uno de los y las bolivianas, protegiendo las fuentes de agua, además integrando la conservación de los sistemas de vida que se relacionan a este líquido vital, debemos aprender y llevar a la práctica los saberes y conocimientos hidráulicos y de gestión territorial que llevan a lo largo de la historia las naciones y pueblos indígena originaria campesina y afroboliviana para establecer la gestión ambiental articulada con el campo científico y encontrar soluciones a la crisis climática y lograr el cuidado de la Madre Tierra.

Hacemos un llamado solidario y responsable a todas y todos los bolivianos para que podamos proteger los derechos de la Madre Tierra, cumpliendo nuestra parte desde donde nos desenvolvemos cotidianamente nuestros hogares, oficinas, chacos, unidades educativas, mercados, comunidades, pueblos, redes sociales y en todos los espacios posibles para promover la armonía en la Madre Tierra, asumiendo prácticas de producción y hábitos de consumo responsables que no atenten contra los derechos de la Madre Tierra; entre las acciones inmediatas son la reducción en el uso de plásticos y la disposición adecuada de los residuos sólidos; solicitándoles a todos y todas que se comprometan a defender a la Madre Tierra por nuestros hijos y los hijos de sus hijos. 

La responsabilidad es de todas y todos para con nosotras y nosotros mismos, así como de las generaciones venideras, con el firme propósito de defender los derechos de nuestra Madre Tierra.